sábado, 22 de agosto de 2009
Cisarro, ¿un caso perdido?
Cristóbal es el nombre del niño motejado como Cisarro; se trata de un niño de 10 años, pese a su corta edad cuenta con una significativa carrera en el mundo del delito. La penúltima fue la conducción de un auto robado, razón por la que fue detenido, y la última fue su fuga.
Los dardos respecto de este tema apuntaron principalmente al Servicio Nacional del Menor, SENAME, básicamente por la inoperancia en el caso. Sin embargo, no se extendió el debate más allá, el análisis del caso se redujo a un caso más.
Pero cabe preguntarse ¿qué hace un niño delinquiendo?, probablemente usted, como muchos, dijo: es un caso perdido, pero ¿podemos hablar de caso perdido, con un niño?, consideremos que la infancia es el inicio en este camino de la vida. Concretamente cualquiera podría, válidamente, reclamar que la condición de pobreza no tiene nada que ver con convertirse en un delincuente, porque hay innumerables ejemplos de superación.
La mayoría de los casos de superación y ruptura del circulo de la pobreza, tienen bases en una familia, una familia humilde, no tiene relación con una familia delictiva, caso que particularmente vive Cristóbal, recordemos que es parte de un grupo disfuncional, tiene 10 hermanos, todos de distinto padre, y el suyo no sabe quién es, su madre cuenta también con antecedentes policiales, y su entorno es poblacional (sin desmerecer a las poblaciones).
Tomando en cuenta los puntos anteriores, y sumando que Cristóbal no asiste al colegio, ¿podía ser diferente su realidad?, todos estarán de acuerdo en que no.
Existen tareas a largo, mediano y corto plazo, para salvar a Cristóbal. A corto plazo, claramente la reestructuración del SENAME es el más importante, puesto que es la entidad mediadora entre la familia, el menor y la sociedad. Se hace imperiosa la tarea de cambiar la visión, y la estructura del organismo en materias de protección de la infancia, si bien ha habido importantes avances, es trascendental adecuarse a las nuevas generaciones; es también una forma de agresión el sumar a tan temprana edad a un menor al mundo delictual.
A mediano plazo, el fortalecimiento del modelo de reinserción del menor y de la familia, mediante programas de desarrollo tendientes a la incorporación y reconocimiento de la persona más allá de un género, territorialidad, etc. En esto, la participación ciudadana es fundamental en la creación de planes y proyectos, en conjunto con organismos estatales y privados.
En tanto a largo plazo, y de la mano con lo anterior, la educación toma un rol fundamental. Chile, pese a la promulgación de la LGE (Ley General de Educación), le resta a lo menos el debatir, aportar, cuestionar y construir en conjunto con la sociedad, el Chile que queremos, el cómo serán educados los niños, adolescentes y jóvenes de este país, en esto, suman todos los actores sociales, la entrega de herramientas, sumado a las posibilidades que recibirán los niños, y futuros adultos, serán las pautas que harán de una persona, un aporte o no, en la sociedad.
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